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Mostrando las entradas de 2017

Carta A Un Chico Plastico

Hola, sabes quién soy. Esta carta podría ir dirigida a tu hermosa mujer que se pasea por los eventos públicos y privados regodeándose de su nuevo apellido y del hermoso anillo de esmeraldas que su sexy esposo, el doctor Saint le regalo por su primer mes como marido y mujer; pero estoy segura que no lo tomaría con tanto gusto como el que sé que tienes tú en este momento en que lees mis palabras. Como te das cuenta, me entero de todo, recuerda que aunque lo intentes y la ciudad se adapte a tu estilo de vida, los rumores vuelan por los bajos barrios y el deseo de alcanzar semejante círculo social hace de sus vidas un anhelo peligroso, la gente está dispuesta a hacer cualquier cosa por vivir una vida como la de tu plástica familia. Quería felicitarte, la nueva señora Saint y tú se ven muy bien juntos, y estoy segura que algún día, cuando sean mayores sus hijos van a ser tan encantadores como ella después de un par de ingresos al quirófano para no defraudar en las tarjeta

¿A Que Huele Ibagué?

Para mí, Ibagué huele a cómo vive tu pensamiento. Bien podría oler asquerosamente para todas aquellas personas que piensan que Ibagué es un pueblo y que de aquí nadie sale… ni progresa. O podría tener un dulce olorcito a cerezas, bon bon bum y rosas para los enamorados, quienes hallaron el amor en la pequeña ciudad y hacen planes a futuro con sus amantes, quedarse o irse. Tal vez podría oler a dinero para las personas que andan por los centros comerciales con bolsas en sus manos llenas de los últimos artículos que compraron y que están desesperados por estrenar y remplazar por nuevos utensilios. Quizá huela a perdida para los ebrios que salen de las cantinas, bares de mala muerte o club, si eres un desgraciado con dinero; o para aquellos que salen de los pocos casinos con las manos vacías y las cuentas en ceros, pensando que tendrán que hacer para recuperar lo que perdieron y de paso agregar saldo a su favor. Puede oler a desesperación para todos los estudian

Invierno

Cada vez que escuchaba a mi madre llorar desde su habitación, quería poder levantarme de la cama y enfrentar al demonio causa de todos nuestros males. Una vez, incluso llegue a tomar el pomo de la puerta en mis manos temblorosas; pero eso solo fue una vez. Hoy quería ser valiente; ser todo lo que necesitaba ser, todo lo que soñaba ser… pero una cosa es querer y desear y otra muy diferente es lograr hacerlo. Así que lo único que conseguía realizar con mis fuerzas era esperar a que no entrara en mi cuarto. Mis nudillos blancos de hacer fuerza con mi puño cerrado tomando la cobija vieja y roída -que en un principio fue gruesa para el invierno- se chocaban con mi respiración en ellos. El aire que me envolvía era caliente, mi posición fetal de espaldas a la puerta y mi envoltura de capullo no ayudaban en nada a que mi cuerpo lograra entrar a una estabilidad calórica, y sin olvidar que afuera estábamos a menos dieciocho grados y en la casa solo a cinco grados. Los recurrentes escalo

Chiruri

Imagen
Y entonces el director dijo: ahora la cámara se va a alejar y se verá negro. Negro, negro, tan negro que convertirá en blanco. Blanco, blanco, tan blanco que se reducirá a la nada. Corte. El ambiente lúgubre se siente, la tensión de todos se vive, se muere, se une, se corta. Van más que realidades puestas como ideas, es el estado natural de todos los presentes lo que se va a publicar. La historia de un chico, no de uno, de todos, porque todos son él. Todos somos él. La historia de una chica, no de una, de todos, porque todos son ella. Todos somos ella. Una manzana más que una manzana, todos somos esa manzana. Unas lágrimas más que unas lágrimas, todos somos esas lágrimas. Vagar por una vida en búsqueda de algo, algo que a otros le duele, le estorba, le sobra, le fastidia. Vagar por una vida queriendo dar algo, algo que nadie acepta, que rechazan, que no quieren, que desprecian. Se levanta el director y dice: hemos finalizado la realización